
Manfred Mauricio Quintanilla Hernández, empresario del sector transportista en México, se ha convertido en uno de los hombres más buscados a nivel internacional. Con una orden de aprehensión girada en su contra por el delito de falsedad de declaraciones y una ficha roja emitida por Interpol, su nombre figura en las listas de casi 200 países.
Quintanilla, quien es propietario del grupo transportista TUM, es señalado como uno de los artífices de la versión difundida por el periodista Tim Golden, en la que se alega que el crimen organizado financió la campaña de Andrés Manuel López Obrador en 2006, entregando dinero a Nicolás Mollinedo y al empresario Mauricio Soto Caballero.
Manfred Mauricio Quintanilla Hernández, el empresario que se esconde y huye de la justicia
La relación de Quintanilla con Soto se remonta a 2002, cuando ambos empresarios conformaron la compañía Arte y Creatividad Digital SA de CV. Gracias a este vínculo, obtuvieron un contrato con la Red de Transportes de Pasajeros (RTP) durante la administración de AMLO en la Ciudad de México, permitiéndoles instalar anuncios publicitarios en los camiones de la red.
A cambio de este acuerdo de tres años, el gobierno ofreció una contraprestación de 140 millones de pesos. Sin embargo, con el tiempo, surgieron conflictos entre los socios. Versiones indican que Quintanilla incumplió su parte del trato financiero, lo que llevó a una ruptura con Soto, quien mantuvo su cercanía con el gobierno de la Cuarta Transformación.
Antes esto, Quintanilla decidió esconderse en Estados Unidos, donde se rumora que se exilia en ciudades como Las Vegas y Miami. Sin embargo, su tranquilidad se vio interrumpida el pasado 20 de diciembre, cuando el Poder Judicial de Ciudad de México giró una orden de aprehensión en su contra, seguida semanas después por la emisión de la ficha roja de Interpol. Su futuro es incierto, pero lo que es claro es que el empresario, que alguna vez tuvo una posición privilegiada en el ámbito transportista, hoy enfrenta el peso de la justicia internacional.
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